Generalmente, cuando una persona baja o sube de peso inexplicablemente, se dice que puede estar sufriendo problemas de tiroides. Pero ¿sabemos realmente a qué nos referimos? ¿En qué consisten las enfermedades de tiroides? Lo primero será comprender qué es la tiroides y cuáles son sus funciones.

La tiroides es una glándula situada en la parte anterior del cuello, justo por encima de la clavícula, delante de la laringe, y tiene forma similar a la de una mariposa. Segrega hormonas tiroideas, encargadas de regular nuestro metabolismo, es decir, el proceso por el que asimilamos y quemamos calorías.

Además, la tiroides interviene en el control del ritmo cardíaco. También contribuye a nivelar el colesterol en la sangre, regular el sistema nervioso y controlar la temperatura corporal. En las mujeres, esta glándula tiene mayor protagonismo, y puede verse alterada en etapas como la pubertad, el embarazo o la menopausia.

¿Cuáles son los principales problemas de tiroides?

Cabe señalar que la tiroides no trabaja sola, sino con otras dos glándulas: el hipotálamo y la pituitaria, también encargadas de la segregación de hormonas. Asimismo, debemos saber que su buen funcionamiento depende en gran medida de su capacidad para asimilar el yodo que consumimos en los alimentos.

Como ya hemos visto, las funciones de la tiroides son muy variadas, por lo cual el espectro de enfermedades que puede presentar también es amplio. La mayoría de estas afecciones pueden ser tratadas exitosamente, y más aún cuando han sido detectadas a tiempo. Estas son las más frecuentes:

Hipertiroidismo

Se origina cuando la glándula produce más hormona tiroidea (tiroxina) de la que nuestro organismo necesita. Esto puede producir nerviosismo, insomnio, taquicardia, sofocos, mareo e inestabilidad emocional. A ello se le suele sumar diarrea y pérdida de peso. Los ojos saltones también pueden ser una señal de la enfermedad.

Hipotirodismo

Al contrario del caso anterior, esta enfermedad indica la deficiente producción de hormona tiroidea. Quien sufre de hipotiroidismo puede sentir que sus funciones físicas se van haciendo más lentas, experimentando cansancio, apatía, somnolencia, intolerancia al frío y ganancia de peso.

Presencia de nódulos

Se trata de una condición muy común. Aproximadamente un 50% de la población podría desarrollar pequeños nódulos en la glándula tiroides, tratándose en la mayoría de los casos de nódulos benignos. Son protuberancias más comunes en las mujeres que en los hombres, y que pueden aparecer con la edad.

Cáncer de tiroides

En ocasiones, los nódulos que hemos descrito pueden ser malignos, o se forma una tumoración. Si siente una protuberancia en la zona de la tiroides, debe acudir a su médico, quien le extraerá células o líquido del nódulo, para examinar la muestra. Los tratamientos van desde la cirugía o extirpación de la glándula, hasta la quimioterapia.

Bocio

Consiste en el agrandamiento de la glándula tiroides. Esto se debe a que algunos anticuerpos de nuestro sistema inmune la atacan, provocando que la pituitaria segregue más hormonas. La tiroides se recarga y aumenta su tamaño. Hoy en día, esta enfermedad es menos frecuente, gracias al tratamiento con sal yodada.

Tiroiditis

Se trata de una inflamación de la glándula por una carencia de yodo. Existen diferentes tipos de esta enfermedad, pero básicamente puede ser crónica, aguda (debido a bacterias y agentes infecciosos) o sub-aguda (por posibles causas virales). El uso de drogas como el litio también puede originarla.

Síntomas de las enfermedades de tiroides

A los síntomas ya mencionados (aumento o pérdida de peso, nerviosismo, taquicardia o apatía, según el tipo de enfermedad) debemos agregar otros que también son frecuentes. Uno de ellos son los dolores corporales, sobre todo en la zona de las articulaciones o en los tendones.

Asimismo, los problemas de tiroides pueden ocasionar en la mujer problemas para concebir, así como la disminución de la libido y cambios en el ciclo menstrual. También puede presentarse piel reseca, caída del cabello y agrietamiento de las uñas. El estreñimiento puede ser otra señal de enfermedad tiroidea.

Como ya indicamos, una afección en la glándula tiroides puede hacer más lentas algunas de nuestras funciones corporales, por lo cual la persona experimenta pérdida de memoria o dificultad para concentrarse. Por su proximidad a la garganta, también puede causar dolor en la zona, ronquera, hinchazón en el cuello o ronquidos.

Ante la sospecha de problemas de tiroides, acude cuanto antes al especialista. Recuerda la importancia de detectarlos a tiempo. Si tienes antecedentes familiares de este tipo de enfermedades, con mayor razón debes realizarte chequeos periódicos.

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