Cada 22 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Leucemia Mieloide Crónica y Aguda, para sensibilizar y concienciar a la población acerca del diagnóstico y tratamiento de este tipo de cáncer de sangre.
La creación de esta fecha ha sido por iniciativa de la Red Mundial de Asociaciones de Pacientes de LCM (CML Advocates Network), con la finalidad de concientizar a los pacientes acerca de la importancia de cumplir con los tratamientos estipulados para esta enfermedad,
Asimismo, pretende fomentar las acciones necesarias para la optimización del tratamiento de esta enfermedad, fin de mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen.
Por otra parte, la fecha seleccionada para conmemorar este día mundial es debido a los cromosomas 22 y 9 que alteran las células madres que se encuentran en la médula ósea.
¿Qué es la Leucemia Mieloide Crónica?
La Leucemia Mieloide Crónica es un tipo de cáncer de la sangre que genera una alteración cromosómica, originando una proliferación excesiva de granulocitos (un tipo de glóbulos blancos) en la médula ósea.
Esta patología representa entre el 15 y el 20% de los casos de leucemia en adultos, especialmente en el sexo masculino. Presenta una incidencia anual de 1 a 2 casos por cada cien mil habitantes. En pacientes pediátricos representa el 3% de las leucemias pediátricas diagnosticadas y su incidencia es de 0,7 millones por año, extremadamente rara entre las edades de 1 a 14 años y debido a esta inusual presentación existen pocos casos descritos.
Es una enfermedad difícil de diagnosticar, debido a que algunos pacientes pueden ser asintomáticos hasta el momento en que son diagnosticados casualmente, mediante una analítica de laboratorio.
Algunos de los síntomas más frecuentes de esta enfermedad son los siguientes, los cuales deben ser debidamente diagnosticados por parte de un médico especialista:
• Cansancio.
• Pérdida de peso.
• Fiebre.
• Debilidad.
• Dolor en los huesos.
• Sudores nocturnos.
• Agrandamiento del bazo.
• Dolor en el estómago y sensación de llenura.
Actualmente, en el tratamiento de la Leucemia Mieloide Crónica se aplican inhibidores de tirosín-quinasa (ITK), incidiendo en la reducción significativa de la tasa de mortalidad.