El cáncer de mama es el tipo más común entre las mujeres, y uno de los principales factores de riesgo es la edad. A partir de los 50 años, la incidencia de esta enfermedad aumenta exponencialmente, aunque en los últimos años se ha visto un incremento de casos desde los 40. A esto se suman otros factores importantes como la obesidad, el sedentarismo y una dieta poco saludable, que pueden aumentar considerablemente las probabilidades de desarrollar esta patología.

Factores de riesgo cáncer de mama

Además de los factores relacionados con el estilo de vida, los cambios hormonales también influyen en el riesgo de padecer cáncer de mama. Por ejemplo, las mujeres que han tenido una menstruación temprana, menopausia tardía, no han tenido hijos o no han dado lactancia materna, están más expuestas. Asimismo, el Dr. Iván Bustillo señala que entre el 10% y el 15% de los casos de cáncer de mama tienen un origen genético, lo que hace fundamental la realización de exámenes y preguntas adecuadas en consulta para identificar posibles antecedentes familiares.

El aumento de casos de cáncer de mama no solo está vinculado a estos factores, sino también al envejecimiento de la población y los cambios en los hábitos de vida. Hoy en día, la población vive más tiempo, una persona de 70 años puede sentirse joven, lo que ha generado que se vean más casos. Además, el aumento de la obesidad y la inactividad física debido a las comodidades modernas, como el transporte, contribuyen a la incidencia de la enfermedad.

Afortunadamente, los avances en los tratamientos han sido significativos. En el pasado, la cirugía era la única opción disponible y las mastectomías eran muy comunes. Sin embargo, hoy en día las cirugías son mucho más conservadoras, y la radioterapia ha mejorado tanto en tecnología como en precisión, lo que reduce los efectos secundarios y acorta la duración del tratamiento. «Una radioterapia estándar puede durar solo una semana y ser suficiente», comenta el Dr. Bustillo. También destaca los avances en la quimioterapia y la hormonoterapia, que ahora permiten personalizar los tratamientos para cada paciente, mejorando las tasas de curación.

Gracias a estos avances, las tasas de supervivencia han mejorado significativamente. En promedio, la supervivencia supera el 90%, y en los casos diagnosticados en etapas tempranas, las tasas de curación pueden acercarse al 100%. Sin embargo, el Dr. Bustillo subraya la importancia de la prevención. Recomienda a las mujeres mayores de 40 años realizarse mamografías y ecografías anuales, mientras que aquellas menores de 40 con antecedentes familiares deben estar atentas a su salud y considerar pruebas genéticas.

El cáncer de mama es una enfermedad que afecta a 1 de cada 8 mujeres en el mundo, pero es posible reducir el riesgo llevando un estilo de vida saludable. Mantener un peso adecuado, hacer ejercicio regularmente, seguir una dieta balanceada, evitar el consumo de alcohol y cigarrillos, y realizarse chequeos médicos anuales son acciones clave para mitigar este riesgo. Aunque estas medidas no eliminan por completo la posibilidad de padecer cáncer, contribuyen significativamente a su prevención.